viernes, 18 de junio de 2010

EL CONCIERTO: NOTAS SOBRE EL ARTE Y EUROPA. LA POLIS Y EL HOMO ESPECTATOR.





Título V.O.: Le concert Año de producción: 2009 Distribuidora: Vértigo Films Género: Comedia Clasificación: Todos los públicos Estreno: 12 de marzo de 2010 Director: Radu Mihaileanu Guión: Radu Mihaileanu, Matthew Robbins, Alain-Michael Blanc Música: Armand Amar Fotografía: Laurent Dailland Intérpretes: François Berléand (Olivier), Mélanie Laurent (Anne-Marie), Alexei Guskov (Andrei), Dimitri Nazarov (Sacha), Valeri Barinov (Iván), Miou-Miou (Guylène)



Sinopsis: Andrei Filipov, trabaja como limpiador en el Teatro Bolshoi de Moscú, pero hace treinta años era el director de orquesta del gran teatro ruso y el mejor maestro del mundo dirigiendo a Tchaikosvki, sobre todo en una partitura para violín especialísima. En el pasado, treinta años atrás, su negativa a desprenderse de sus músicos judíos le llevó al ostracismo durante la época de Brezhnev y ahora vive de los recuerdos. La solista del violín que interpretaba la pieza, fue deportada con su marido a Siberia. Por defender a sus amigos judios, músicos maravilloso, fue consifderado un enemigo del pueblo al negarse a expulsar a los judíos que había en su orquesta. La consecuencia de esa 'insurrección' fue el desmantelamiento inmediato del grupo y la caída en desgracia de todos los instrumentistas, que ahora viven en los márgenes de la sociedad y la suciedad. Humillado, Filipov es en la actualidad quien pasa la fregona y la escoba en el teatro, mientras que sus compañeros músicos, entre ellos su mejor amigo, el violenchelista Sacha, han salido adelante trapicheando en trabajos de poca monta, viviendo prácticamente en la miseria. Metáfora del mundo del arte en la actualidad y no sólo en Rusia.

Un día, limpiando el despacho del jefe al que detesta pues lo humilla constantemente, lee una invitación por fax para que la orquesta del Bolshoi dé un concierto en París. El fax procedente de París no es recibido por nadie excepto él y en él invitan a la orquesta para tocar en el espléndido Théâtre du Châtelet. El antiguo músico idea rápidamente un plan: reunir a sus antiguos compañeros y hacerse pasar por la verdadera orquesta del Bolshoi para celebrar en París su primer concierto en tres décadas. Repetir el mismo concierto que no pudo terminar treinta años atrás por culpa de la dictadura. Decidido a tomarse la revancha, Andrei reúne a sus viejos compañeros para intentar suplantar a los actuales músicos.




Inspirada en el caso real de un ciudadano ruso, "El concierto" sigue la odisea de los antiguos músicos de la orquesta del Bolshoi en su intento por suplantar a los componentes actuales para una actuación en el Teatro de Châtelet de París. La comedia y la música se dan la mano inevitablemente con la represión en la antigua Unión Soviética de fondo y la miseria actual de suelo, el olvido de los artistas y el diálogo intercultural entre las distintas nacionalidades, además hay que sumar la nueva dictadura de la mafia rusa, que aparece retratada de forma cómica y neorralista, todo ello configura un tapiz maravillosamente bordado por el director, con la ayuda de un reparto extraordinario.

La obra es una metáfora en torno al arte, la cultura, el hombre y la política, el hombre como ser político y el hombre como ser artísitico, y como todos estos tipos de hombres y mujeres acaban relacionándose en un ágora, en una polis que a su vez es un hecho artístico y un hecho porlítico. De hecho su director, el rumano Radu Mihaileanu (El tren de la vida), reconoce que El concierto final se convierte en una metáfora de las relaciones entre el individuo y la colectividad.

La película es una co-producción entre Francia, Bélgica, Rumanía e Italia, multiculturalidad que también se aprecia en los escenarios del rodaje, y el equipo. El elenco es maravilloso en inmejorable. El elenco respeta sus lugares de origen y así el protagonista, un actor muy concido en Rusia, Alexei Guskov, se enfrenta a su papel más internacional en compañía de Dmitri Nazarov y Valeriy Barinov -todos están sublimes y la mujer de Alexei de matrícula de honor-.

El concierto fue nominada a 6 César, entre ellos mejor película, mejor director y mejor guión original. Un film delicado y barroco, coral y musical en torno a un eje, una solista y un director de orquesta, sin ellos no hay concierto, sin orquesta tampoco, todas las piezas de este mantel bordado al trapo, destila utilidad, ningún personaje sobra, ni una sola lata de caviar, gitano, zíngaro, rumano o judio estorba, y esto se consigue con multitud de buenos actores, y momentos líricos de un fuerte dramatismo. Radu Mihaileanu logra una formidable y arriesgada compenetración entre los hondos conflictos dramáticos que se plantean en la trama que roza la tragedia y el melodrama sin quedarse en ninguno de los dos génereos y logra un excelente tono de comedia y optimismo que se agradece, el resultado una maravillosa tragicomedia con la que ríes y lloras.




El humor, muchas veces de aire surrealista y fuertemente folclórico, lo emparenta con el cine del balcánico Emir Kusturica, e impregna todo el film y encuentra su máxima expresión en la ridiculización del comunismo y de la mafia rusa, así como del mundo de los gestores culturales. La punta de lanza es el divertido personaje del ex agente del KGB, toda una perita en dulce en manos de Mihaileanu (quien, no lo olvidemos, huyó de Rumanía durante la dictadura de Ceaucescu). El tipo histriónico y sigue anclado en la prehistoria-leninista, pero no es la única diana ala que tira drados el director, pues los actuales oligarcas rusos también se llevan crítica y sorna, sobre todo la figura del mafioso que esponsoriza el viaje.





Crítica con sonrisa, como decía Moliere, corrige riendo, escarbando sonrisas en la conciencia, Radu Mihaileanu ahonda en la conciencia herida de los artistas rusos acallados y represaliados por el régimen soviético, condenados al oscurantismo más absoluto, desterrados, por no agachar la cabeza y tragarse la falacia dictatorial. Lo hace en tono amable y sin resentimientos que impidan el perdón, buceando en la obsesión de un director de orquesta ruso por vengar una vieja afrenta encima del escenario y rehabilitarse a lo grande saboreando la revancha de quienes le privaron antaño de la música, pero invitando a ella a su mayor deudor, el delator que lo entregó preso, como si Jesús volviese al Monte de los Olivos de la mano de Judas. Sin rencor y dejando salidas victoriosas a todos.

Una pelicula que puede parecer sensiblera o fácil, pero que conecta con el espectador desde el minuto 10, gracias en parte al maravilloso reparto y la genial dirección de arte. La música juega un papel muy importante, así como las ciudades, Moscú y París. Ambas ciudades-símbolos de mundos opuestos, y ambos teatros, como imagotipos icónicos de vértices contraopuestos, en los que surge triunfante la metáfora del concierto como un hecho coral en el que todos dependen de todos y todos ayudan a todos... la base de socialismo.


Es una película que los críticos tildan de cursi, o sentimentaloide... que les den morcillas, habría que encerrar en Siberia a todos los críticos de cine, teatro, y literatura de ESPAÑA, que les den... Lo cursi tiene su encanto, cine europeo de autor para todos los públicos, maravilloso, frente a tanta basura etiquetada y edulcorada muy bien embalada yanki...

Amo el cine francés en especial y el cine europeo en general, una película que es un collage maravilloso de culturas y colores, de notas y sinfonías...
HAY QUE VERLA.


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