jueves, 14 de enero de 2010

ESCRIBIR EN ESPAÑA ES MORIR... MICROCONTEXTUALIZACIÓN DEL TEATRO EN EL ÚLTIMO SIGLO.



REPASEMOS UN POCO...SÓLO UN POCO y veremos que tampoco hemos cambiado tanto...

En 1936 estalla en España la Guerra Civil, que enfrenta a los españoles durante tres largos años. Las consecuencias del conflicto fueron muy graves: se rompió con la cultura y el pensamiento de antes y muchos intelectuales se exiliaron.
Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países imponen un fuerte bloqueo político y económico al régimen de Franco. España se encuentra aislada del resto del mundo. En 1950, Estados Unidos levanta el bloqueo diplomático y España es admitida como miembro de la ONU. El país, poco a poco se va desarrollando, alcanzando un nivel económico e industrial bastante importante en los años setenta.
La censura, impuesta tras la Guerra Civil, hizo que muchos escritores tuvieran que ajustar sus obras a lo permitido por la ley. Otros prefirieron irse de España o publicar sus obras en otros países. Lejos de España, los exiliados producen obras de gran interés.
En 1975, tras la muerte de Franco y tras la restauración de la monarquía en la figura del rey Juan Carlos I, las libertades democráticas eliminan la censura y muchos escritores regresan a España.
El movimiento de renovación teatral que, impulsado en los años 20 y 30 por autores como Valle-Inclán o García Lorca, encontró en el ambiente cultural de la segunda República un marco idóneo para su evolución y proyección, se vio truncado por la guerra civil y, en la inmediata posguerra, por una serie de condicionamientos ideológicos, como la censura, y comerciales, como la política mercantilista de hacer teatro en función del público burgués, que hicieron inviable durante muchas décadas un teatro abierto y renovador.
En el teatro específicamente de posguerra, la década del 39 al 49, los escenarios españoles se nutren de piezas de autores tradicionales que ya habían estrenado antes de la guerra: Arniches, Marquina, Benavente, TONO Y LLOPIS etc.


En esta misma década hay que mencionar dentro del teatro del humor a los escritores Enrique Jardiel Poncela, creador de un teatro de lo inverosímil, nuevo y audaz, de lo que es una buena prueba: Eloisa está debajo de un almendro, y Miguel Mihura: Tres sombreros de copa o Sublime decisión.

Fuera de España los escritores exilados como Rafael Alberti: Noche de guerra en el museo del Prado o Alejandro Casona: La dama del Alba, siguen escribiendo teatro, aunque apenas tuvieron posibilidades de llevarlo a escena.
A partir de 1949 aparece un teatro marcado por preocupaciones existencialistas y por tendencias de tipo social, que empieza a presentar sobre el escenario la realidad española, de una forma cada vez más crítica. Tono y Llopis no acudirán a este tipo de teatro prefiriendo la vena del teatro más cobarde, pero muy necesaria, el teatro escapista.

En estas décadas aparecen los grupos de teatro independiente como Tábano o Los goliardos ya desaparecidos, y otros como Els Joglars, Dagoll-Dagom o Els Comediants que siguen representando hasta hoy.
Hoy el teatro en España es un género literario a cuya vitalidad contribuyen determinadas circunstancias:

• Algunos autores que como José Sanchis Sinisterra con ¡Ay Carmela! o José Luis Alonso de Santos con Bajarse al moro han tenido grandes éxitos de crítica y público.

• El surgimiento de Centros Dramáticos Nacionales, en diversas autonomías, especialmente en Madrid y Barcelona.

• Las producciones colectivas de grupos como los ya mencionados o La Fura dels Baus, que hacen un teatro provocador y rupturista que atrae a las generaciones más jóvenes.
…Pero surgen nuevas formas de censura, las que impone el capital y las que impone la política. Hoy sin subvenciones no eres nadie, sin espacio no existes, hay más artistas que nunca y menos espacios para mostrar, los nuevos dramaturgos no pueden mostrar sus trabajos porque nadie les estrena, y si no miren el caso más reciente, nuestro flamante premio nacional de dramaturgia Paco Becerra, que no ha podido ver aún ninguna de sus obras estrenadas…
España, ya lo decía Larra, duele, es demencial, escribir en España es morir.



ESTRENO DE SONIAS EN TEATRO CERVANTES DE MÁLAGA.

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