TIEMPO: creemos que la vida cabe en las palabras, que la vida cabe en el arte, que la vida cabe en una canción, en un poema, en un sofá, en una relación, en una conversación... y no cabe. Muchas veces ni siquiera cabe en la propia vida, una vida que no cabe en tu vida... ¿Has tenido esa sensación? Que tu vida no cabe en tu vida... Que la vida que quieres vivir no cabe en tu apartamento, en tu nómina, en tus amigos, en tu país, ¿no has sentido que tú mismo no tienes cabida dentro de ti mismo?, que te levantas y te acuestas con trece enanas colgadas en la espalda, y miras a tu novio en el sofá, si es que tienes novio y si es que tienes sitio en el sofá... y descubres que le ha salido una cana, incómoda, molesta, alarmante que le grita: ¡chico tu vida no cabe en esta cabeza!, y empiezas a recordar demasiado tu vida para poder vivirla... y entonces miras a la televisión y lees y te conectas a Internet, pero no cabes, sientes que necesitarías tres personas para descargar tu vida... no cabe. No hay tiempo, por eso no debemos perder el tiempo construyendo una vida de muestra, una vida segura, una vida de colchón por si me sale mal la vida. Estamos esperando a que llegue la seguridad, nos empeñamos en desear una vida segura y nos equivocamos porque no existe la vida segura... todas las vidas vienen con un defecto de fábrica, la muerte, y un minutero de regalo, tu tiempo. Espero no decir algún día, he perdido el tiempo, porque todos sabemos como se pierde el tiempo, somos conscientes de esas veces que hemos perdido el tiempo amando al hombre equivocado, escuchando a la novia errónea, viendo esa película inutil e incluso casándote con la persona inapropiada... todos sabemos perder el tiempo, y a veces es sano, pero ¿cómo se encuentra el tiempo perdido? ¿DONDE?
jueves, 18 de febrero de 2010
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