martes, 17 de noviembre de 2009
¿¿ERES MONOTEISTA O POLITEISTA, drogadicto o politoxicómano, sexual o pansexual... hombre o mujer??
Fue Cuando crece la ciudad.
De pequeña me gustaba subir a la terraza con mi madre a tender la ropa, allí todo se veía distinto. Ahora cuando quiero verlo todo distinto, subo a la azotea de mi casa, pero ya no está mi madre... por que un grupo de rock la ha secuestrado y vive dentro de un garaje invadido de rosas. Rosas blancas, negras, verdes, púrpura, azules, plateadas, muertas, cortadas...
Mi madre me ha regalado un abrigo de espinas, y unos zapatos llenos de púas... cada vez que pienso en ella me los pongo y camino sobre un manto de rosas viscosas, cobalto, añil, turquesas, rosa, amarillo, ocre...
Mi madre vive encerrada en un garaje y excepto vehículos autorizados no puede entrar nadie, hay un camello que sabe el camino... pero es muy caro.
Yo tengo una joroba que heredé de mi madre llena de recuerdos caducados, todos se está pudriendo en mi espalda y a veces huelo mal. Hay una infancia violada, tuerta, como las rosas que no se venden y que se acaban pudriendo en las floristerías, como los hijos que no son deseados y se acaban pudriendo en sus camitas de lata, como los hijos que son deseados de un modo sexual y se acaban pudriendo en escondites de la conciencia. Los niños se pudren creciendo, los niños se pudren, se acaban pudriendo.
Cuando el garaje sea encontrado por la policía, mi madre volverá, pero si el policía es guapo, mi madre se irá con él, buscando el pozo de la sangre y la felicidad. Para ver la sangre hay que cortarse, para ser felices hay que mojarse.
En los garajes de la conciencia, habita la culpa que toma el té con mi madre, que también está secuestrada, la culpa, digo. Hoy nadie es culpable del llanto de todos esos niños, porque las madres están secuestradas en garajes... por bandas de rock. Nadie quiere escuchar boleros ni fados, porque dicen la verdad... porque son tristes, porque la infancia de muchos niños es triste, la infancia de niños negros, rojos, amarillos, blancos, café, de niños que lloran lágrimas incoloras.
Las lágrimas de los niños pesan toneladas y valen millones de euros, por eso el capitalismo quiere que sigan llorando, que lloren los niños negros, los amarillos, que lloren los rojos y los blancos, el capitalismo es el que roba la infancia y la mata de hambre, y mi madre que cuida de todos los niños, está secuestrada por una banda de rock en un garaje, en el que solo pueden entrar vehículos autorizados. Está tomando el té con la culpa. Las madres están secuestradas y la culpa, también.
El dollar come con el euro, y no hablan de niños, ni de madres, ni de culpas, solo de macro espacios económicos... no hablan de terrazas, ni de azoteas, ni de camellos... no hablan, solo comen, fagocitan, devoran la infancia de miles de niños, niños rojos, negros, café, amarillos, blancos...
No quiero mirar hacia el suelo, no quiero asomarme desde la terraza a la calle, porque la indiferencia con la que caminamos por las calles de la memoria ajenos a los datos, me hace querer ser uno de ellos, un ser indiferente que no sufre, o un dato muerto que tampoco sufre.
Rosas rojas, niñas rojas, madres rojas, camellos rojos, garajes con el acceso prohibido.
Rosas amarillas, niños amarillos, fiebre amarilla, madres amarillas, camellos amarillos, garajes con el acceso prohibido, excepto el día 7 a las 10 de la mañana.
Rosas negras, niños negros, madres negras, camellos negros, encerrados en garajes con acceso prohibido, excepto los días 15 a las 17 horas.
Rosas blancas, niños blancos, madres blancas, camellos blancos, encerrados en garajes con acceso restringido solo para ataúdes blancos.
Los dictadores no saben morirse bien, tardan demasiado, todos envejecen mal por que envejecen. Los niños no deben morir de hambre, los niños son asesinados mal, los asesina nuestra indiferencia...los niños no saben morir, los matamos.
Los dictadores no saben morirse, siempre viven demasiado, solo las divas saben morir bien, morir a tiempo, para convertirse en mitos. Quiero morir como una diva quiero volar desde esta azotea al más allá. Quiero entrar en ese garaje y escuchar música rock, quiero caminar sobre un camello, quiero comprar todas las rosas del mundo...quiero dejar de ver informativos...
Quiero que el mundo sea una azotea con ropa limpia.
Quiero callarme.
Me callo. ME CALLO. NOS CALLAMOS Y SIGUEN MURIENDO NIÑOS.
¿Los oyes?
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