Bárbara me enseñó a respetar dos cosas… respetarme a mí misma y respetar el dinero. Yo era una mujer que vivía sin planear nada, siempre con la ansiedad como compañera ya que temía quedarme sola, perdida, en el futuro… Bárbara me enseñó que la mejor forma de construir tu futuro es planificar tu presente.
Bárbara me enseñó que si quería vivir sin depender de un hombre, tenía que entrar en todos los sitios que entraban los hombres, en esos sitios que ellos no querían que yo entrase, las facultades, los rectorados, las direcciones generales, la política recuerden que hablo de los años 50 en un Berlín roto, con una cicatriz que lo marcaba de lado a lado.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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